El Neurodesarrollo
z1.
El neurodesarrollo infantil
El neurodesarrollo es el proceso a través del cual el niño adquiere habilidades madurativas mediante la intervención de aspectos biológicos y ambientales que están constantemente en interacción. Gracias al el neurodesarrollo infantil los mecanismos del Sistema Nervioso se organiza como un sistema de relación y con la neuropsicología del desarrollo infantil se aborda la relación existente entre el proceso de maduración del sistema nervioso central y la conducta durante la infancia, tomando en cuenta las variables como: la maduración, la plasticidad cerebral y su desarrollo durante las primeras etapas del ciclo vital
El neurodesarrollo
infantil tiene como objetivo reconocer,
anticipar e identificar los posibles riesgos y alteraciones del Sistema
Nervioso y el resto de subsistemas involucrados con el mismo que pueden tener
un impacto negativo en el desarrollo del niño o la niña para que a través de ello
se puedan tomar las decisiones más adecuadas y así poder tener una adecuada
intervención.
2. Desarrollo embrionario del bebé
El desarrollo embrionario es el periodo que se produce entre la fecundación y el parto, teniendo una prolongación de aproximadamente nueve meses, y en cada uno de los trimestres en los que se divide se desarrollan diferentes partes del cuerpo.
El Primer
trimestre es considerado la tercera semana de embarazo puesto que en las dos primeras semanas se produce la ovulación y desprendimiento del óvulo que será
fecundado. Dicha fecundación tiene en la tercera semana cuando el óvulo y el
espermatozoide se unen formando el cigoto mientras bajan a través de una de
las trompas de Falopio.
Luego de eso, el
cigoto continúa dividiéndose formando las nuevas células, a las que pronto les
aparecerá un recubrimiento, llamado blastocito que se transformara en embrión mientras
la división de cedulas continua su procesos.
En la cuarta semana, el embrión, que ya mide
cerca de cinco milímetros, se introduce en la pared uterina y comienza para
nutrirse. Ya en la quinta semana
comienza a desarrollar los principales sistemas del embrión como el cerebro, la
médula espinal, el corazón o el tracto gastrointestinal.
Durante esta
semana, las células comienzan a adquirir funciones específicas, y entre las que
se desarrollan se pueden encontrar las células sanguíneas, las del riñón y las
neuronas. En esta quinta semana hay un riesgo mayor de que se puedan producir
anomalías genéticas por la ingesta de medicamentos, alcohol, drogas o por
infecciones como la rubeola.
En la sexta y séptima semana se
continúan desarrollando rasgos que permiten identificar partes del embrión como
los ojos, los oídos o el corazón, así como las manos y los pies durante
la octava semana. El
cerebro del embrión también continúa su desarrollo formando el tejido de los distintos huesos. En
la novena semana también
se pueden empezar a ver los brazos, los codos, y comienzan a crecer sus órganos
esenciales.
Es a partir de
la décima semana cuando
deja de considerarse embrión, sino feto. El cual mide cerca de 7 centímetros. En esta semana
también se comienzan a ver los párpados, las orejas y la cara, y la placenta
comienza a nutrir al feto a través del cordón umbilical.
Segundo trimestre
Las primeras
semanas de este trimestre lo más apreciable del feto es su cabeza, ya que ocupa
cerca de la mitad de su tamaño total, y también, se continúan desarrollando
durante estas semanas aspectos como las uñas o los genitales, y la cara, los
párpados cierran los ojos del bebé, y permanecerán así hasta la 28 semana.
Entre las semanas 15 y 18 el feto empieza a
hacer sus primeros movimientos tomando una medida cercana a los 18 centímetros y pesando
cerca de 200 gramos. Los huesos se vuelven más duros y comienza a aparecer el
primer pelo, denominado lanugo. Entre las semanas 19 y 21 el bebé comienza a oír, y además se mueve de
forma más activa, de modo que la madre puede llegar a sentir sus movimientos.
En la semana 22 el lanugo ya se ha
extendido a todo el cuerpo del feto, apareciendo también las cejas y las
pestañas. El bebé hace su primera
deposición, llamada meconio, la cual expulsa
por el tracto intestinal. Su movimiento sigue siendo activo, desarrollando los
músculos y pudiendo escuchar los latidos de su corazón.
Es al final de esta etapa, cuando se desarrollan las vías respiratorias del bebé y la médula ósea comienza a producir células sanguíneas y el feto también comienza a almacenar grasa.
Tercer trimestre
En esta etapa,
el bebé comienza a terminar de desarrollar diferentes partes de su cuerpo como
los ojos y las huellas de los pies, los pulmones alcanzan un alto grado de
funcionamiento, aunque no el necesario para sobrevivir fuera del útero. Entre
las semanas 27 y 30 el
bebé vuelve a abrir los párpados, y el sistema nervioso se desarrolla mucho,
sobre todo en el cerebro y para las órdenes de diferentes funciones del cuerpo.
Su sistema
respiratorio comienza a producir agente tensioactivo, que hace que los alveolos
puedan llenarse de aire cuando nazca. El tamaño del feto para la semana 28 ya
ocupa la mayor parte del útero, y se suele posicionar de forma invertida, de
forma que tenga más facilidad para mover las rodillas y los pies.
A partir de
la semana 31 el bebé
comienza a retener hierro, calcio y fósforo
en su organismo, lo que impulsa aún más el desarrollo del cuerpo. Los huesos ya
están completamente formados, aunque aún blandos. El sistema respiratorio
también continúa su desarrollo, pero los pulmones aún no son lo suficientemente
maduros.
En la semana 35 el bebé ya pesa cerca
de 2,5 kilos, y su corazón y vasos sanguíneos ya se han formado por completo,
como también lo están los músculos y los huesos. El bebé además adquiere
patrones de sueño.
En las
últimas semanas, entre la 38 y la 40, desaparece el
lanugo excepto de hombros y brazos, siendo el cabello desarrollado en la cabeza
además más grueso y resistente. Aparecen también los brotes mamarios y a partir
de la semana 40 se
considera que el embrión está desarrollado por completo y listo para nacer,
variando la fecha en que ocurre.
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